Fiel a su compromiso de brindar de brindar herramientas para la educación e inserción laboral, el Ejército Nacional abre sus puertas para capacitar a ciudadanos provenientes del ámbito civil.
En busca de un norte laboral, el Regimiento “Guayabos” de Caballería Mecanizado Nº 10, la Intendencia de Artigas y el Instituto Nacional de Capacitación Profesional (INEFOP) firmaron un convenio para brindarles un oficio a trabajadores que se encuentran desempleados. A través de esta capacitación, obtienen los conocimientos que les permiten aspirar a una oportunidad laboral. En este sentido, se tiene como principal cometido ejecutar políticas de formación profesional y fortalecimiento del empleo de los trabajadores del Uruguay.
Desde que el hombre salió de las cavernas para establecerse en una civilización, no ha cesado de ir construyendo y perfeccionando el oficio. Pasando por las épocas del imperio greco-romano, feudal y los diversos estilos, como el renacimiento, barroco, entre otros, hasta llegar al invento del cemento portland y el hormigón (finales del siglo XIX), hizo que la propia demanda del mercado ofrezca cursos de “Idóneo en albañilería”. El Ejército Nacional se hace eco de esta necesidad.
El curso se brindó durante tres meses, con una duración de 416 horas (128 de teoría y 288 prácticas), siendo impartidas por tres instructores y 24 aprendices. El albañil realiza cimientos, prepara morteros, aplica enfoscados, levanta fábricas de ladrillo, tabiquerías, cubiertas y realiza “ayudas” al resto de los oficios, entre otras características. “Se les abre las puertas de un gran oficio, madre de todas las profesiones en el área de la construcción.
Un albañil tiene trabajo desde el inicio hasta la finalización de la obra”, destacó el Cabo 2ª Luis Román, instructor de la unidad.
Román heredó los conocimientos de su padre sobre el arte de construir. De manera que realiza su labor con la máxima autonomía para organizar el trabajo, realizar cálculos sencillos, así como interpretar los planos. En su pasaje por otras unidades, ha integrado cuadrillas para ayudar a sus camaradas a construir o remodelar sus hogares cuando retornaban de las Misiones Operativas de Paz.
De esta forma, fue asignado para dictar clases por primera vez. “Fue un importante desafío. Mi señora, que es docente, me ayudaba a planificar y preparar el temario para las 13 asignaturas”, contó.
Durante las prácticas se construyeron 2 viviendas destinadas a los soldados que no tenían la posibilidad de acceder a ellas y se prevé continuar con esta acción en las próximas instrucciones. Además, los alumnos pudieron realizar arreglos en sus casas, tal es el caso de Yesi Muñoz, la única mujer que se inscribió para adentrarse en un oficio que suele ser visto como propio del género masculino. “Lo único que sabía es dar vuelta el material”, contó entre risas.
Yesi supo del curso por INEFOP, la habían llamado para trabajar en otro lugar pero “de acá iba a salir con un diploma y lo elegí. A mi vinculo cercano le llamaba la atención que siendo mujer decidiera hacer este curso. Mi madre me decía que tenía que haber tenido un varón”, bromeó. Siguiendo con su relató sostuvo que le gustaría ingresar a la institución y que se llevó “una experiencia de vida”.
Asimismo, durante el transcurso de las clases algunos alumnos concurrieron a los talleres de gestión empresarial, que fueron dictados en las instalaciones de la unidad una vez por semana.
Por su parte, Román expresó que “el albañil que es prolijo y exacto con el cálculo del material, tiene trabajo durante toda su vida. Para brindar un presupuesto tiene que tomar en cuenta el de la mano de obra y de los materiales de construcción. En este último no se puede errar porque se pierde credibilidad”.
Este acuerdo cierra con un balance muy sólido debido a que han pasado 100 personas por las instalaciones de la unidad. Además de brindarles un oficio, también se los solventa con un viático semanal para asistir a las clases. De los 20 soldados que ingresaron al regimiento, el 50% fueron alumnos egresados de los cursos de INEFOP.