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Hoy 2 de abril se conmemora en todo el mundo el día de la concientización del autismo, a partir de la declaración, en el año 2007, de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU). Por resolución 62/139 del 18 de diciembre de 2007, la Asamblea instó a los Estados Miembros, las organizaciones competentes del sistema de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales, así como a la sociedad civil, incluidas las organizaciones no gubernamentales y el sector privado, a la adopción de medidas necesarias para la toma de conciencia social acerca de las personas con autismo.
Días como hoy nos invitan a reflexionar y tomar conciencia como sociedad para así promover la inclusión real de las personas con trastorno del espectro del autismo para contribuir a darle visibilidad, como paso previo y necesario para hacer efectivos sus derechos: el derecho a la inclusión social y comunitaria, el derecho a la educación, el derecho a trabajar, el derecho a la salud, entre otros derechos humanos fundamentales.
La discapacidad, de acuerdo al modelo social adoptado por la Convención Internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad, centra la atención ya no en el diagnóstico médico, sino en las distintas barreras con las que esa persona debe convivir. Por eso reflexionar y tomar conciencia implica la necesidad imperiosa de pensarnos a nosotros mismos como barreras.
A diario, las personas con discapacidad conviven con distintas barreras, que varían en función de cada individuo y de sus necesidades específicas, a la hora de disfrutar de sus derechos fundamentales y de ser incluidas plenamente en la sociedad. Sin dudas las que más se presentan son las actitudinales: la mirada del otro, el sistema de creencias, prejuicios y temores de la sociedad. La persona con autismo, en muchos casos por acción u omisión, es una víctima de una sociedad y de un sistema que excluye. Por ello, es necesario comprender que todos somos distintos, que la diversidad forma parte de la condición humana.
Las personas con autismo, son ante todo PERSONAS y por ende sujetos de derechos protegidos por normas, como sociedad tenemos la obligación moral de promover y ser protagonistas del cambio cultural, para así lograr la real inclusión de las personas con trastornos del espectro autista: como sujeto individual, familiar y social, centrándonos en sus capacidades, potencialidades, derechos y garantías. Es necesario además acompañar a las familias, a fin de empoderarlas y darles las herramientas necesarias para enfrentar los diversos retos que se le pudieran presentar.
Este día nos invita a todas las personas, familias, profesionales, autoridades, equipos docentes y comunidad en general a informarnos y formarnos, para constituirnos como agentes de cambio en cada lugar, hacia una sociedad cada vez más inclusiva.