Boffano: “Me acosté con obispos y cardenales que de la boca para afuera eran homofóbicos”.
Julio César Boffano se consagró a Dios convencido de que era el camino para un mundo más justo, más igualitario, más esperanzador. Fue seminarista, se hizo sacerdote y como estudiante viajó a la capital italiana como miembro de la Compañía de Jesús. Allá en Roma, en el corazón mismo del Vaticano, descubrió mentiras, engaños, hipocresía; advirtió que la homosexualidad campeaba entre los religiosos y que él sería “un gay más”. Presenció (y sufrió) abusos de poder. Vio que el sexo y la lascivia eran moneda corriente y que los curas homosexuales eran más homofóbicos que la minoría, los hetero.
Tuvo sexo con practicantes, curas, obispos y cardenales. Hasta que uno de sus amantes, como Dios lo trajo al mundo -nunca mejor aplicado- y con una copa de champán en la mano, se burló del Todopoderoso. A Julio le empezó a caer la ficha: el importante religioso, sin la sotana (y despojado de toda prenda), se mofaba de todo en lo que él creía y en lo que el propio cardenal juraba creer. Algo no andaba bien, no cerraba.
Fuentes :
Montevideo Portal
Santo y Seña.