Hoy las tarjetas de crédito son moneda corriente: en Uruguay las usan casi 2 millones y medio de personas.
Gracias a la tarjeta de crédito, te puedes mover por la vida sin dinero en metálico. Con ese trozo de plástico prácticamente se puede pagar en cualquier lugar, pero no siempre ha sido así. En ARTIGAS NOTICIAS te explicamos la historia de la tarjeta de crédito, su origen, quién la inventó y cómo ha sido su evolución.
No fue hasta el año 1.949 que se inventó la primera tarjeta de crédito tal y como en la actualidad la conocemos. Es decir, una especie de cartulina con la que se puede pagar en prácticamente todos los sitios.
Cómo en muchos otros inventos de la historia de la humanidad, la invención de la tarjeta de crédito fue fruto de una serie de casualidades.
Todo sucedió una noche en un restaurante de la ciudad de Nueva York, en el Major’s Cabin Grill para ser más exactos. En dicho establecimiento se encontraban cenando tres personas:
Frank X. McNamara, de la “Hamilton Credit Corporation”.
Ralph Sneider, abogado del Sr. McNamara.
Alfred Bloomingdale, nieto del fundador de “Bloomigndale’s”, una cadena de establecimientos de artículos de lujo.
En tan animada cena, los tres comensales trataron un problema de crédito que había tenido un cliente de McNamara.
Éste se endeudó con una elevada cantidad ya que había prestado sus tarjetas de diferentes establecimientos a sus vecinos que tenían serios apuros económicos.
Tan elevada era la deuda que no podía hacer frente a ella, por lo que solicitó ayuda a la empresa de McNamara (la Hamilton Credit Corporation).
Se prometió que nunca le volvería a suceder algo así y entre los tres comenzaron a idear un método personal y seguro con el que poder pagar a crédito en diversos establecimientos con una sola.
De este modo nació la Diners’ Club, que traducido literalmente significa Club de cenadores.
Pero por esas casualidades que tiene la vida, McNamara se olvidó la billetera en casa. Cuando tuvo que pagar la cena se le cayó la cara de vergüenza y tuvo que telefonear a su mujer a traerle el dinero.
Primera tarjeta de crédito
A la pregunta ¿cuál es la primera tarjeta de crédito? La respuesta es la Diner’s Club en 1.950.
Historia de la Diners Club
En sus inicios, la Diners’ Club no tuvo mucha repercusión.
A principios de 1.950 solo 200 personas la tenían y únicamente 14 restaurantes de Nueva York se adhirieron a este nuevo sistema. Pero a finales del mismo año ya la utilizaban más de 22.000 personas y cerca de 500 restaurantes la aceptaban.
Este nuevo modelo de negocio consistía en intermediar entre el comprador y el establecimiento. Al primero se le cobraba (a cambio de aplazar sin intereses sus pagos a final de mes), una cuota anual de mantenimiento de unos 3 dólares y al segundo una pequeña comisión por cada transacción.
Evolución de la tarjeta de crédito
Hacia 1.958 el Bank of America puso en circulación la primera tarjeta bancaria o bankamericard (que luego cambió su nombre a como la conocemos hoy: tarjeta VISA), cuya generalización hizo que esta forma de pagar fuera tan aceptada como el dinero. La tarjeta de crédito moderna había nacido.
Concretamente fue Joe Williams, gerente del Bank of America, el que decidió facilitar más de 60.000 tarjetas de crédito entre los habitantes de la ciudad de Fresno, en California.
De hecho fue entonces cuando comenzó a hablarse de “dinero de plástico”, dinero que iba a sustituir pronto al dinero tradicional en restaurantes, tiendas, aeropuertos, estaciones, hoteles…
Tanto éxito tuvo que en el segundo año de tenerlas, la gente ya se gastaba 60 millones de dólares con sus tarjetas.
Este hecho propició que las tarjetas de crédito ya no fueran artículo exclusivo, y que su empleo se extendiera, con el paso de los años, hasta el método que todos conocemos en la actualidad.
También fue en el año 1958 cuando American Express lanzó su primera tarjeta de crédito. Al comienzo estaba fabricada de papel, una mala idea. Pero ya en 1.959 se realizaban de plástico.
Todo el mundo comenzó a aceptar las tarjetas de crédito porque además de garantizar la solvencia de quien la exhibía, servía a su poseedor de aval para gastar cantidades que aún no poseía, pero que el banco que le avalaba sabía que podría hacerlo.
Ahora los ciudadanos podían comprar un nuevo abrigo, comprar muebles o salir de vacaciones: bastaba con cargarlo a la mágica cartulina plástica.
Por ejemplo, en el año 1.967 el First American National Bank of Nashville puso a disposición del ciudadano una nueva tarjeta de crédito denominada MasterCharge.
En el año 1.979 la Interbank Card Association la rebautizó con el nombre de MasterCard.
El sueño de la varita mágica se hacía realidad en forma de pequeña tarjeta de plástico duro. No hacía falta llevar dinero material encima, ni siquiera para llamar por teléfono, tampoco para los gastos menudos en el quiosco para comprar el diario o el periódico.
Actualmente en Uruguay unos 2 millones y medio de personas tienen tarjetas de crédito, muchos de ellos más de una.